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Letras para Volar

Letras para Volar atiende a más de 13 mil personas en Papirolas

Los talleres de “Letras para Volar” atendieron a un total de 13,252 personas en el marco del Festival Creativo Papirolas, llevado a cabo del miércoles 18 al domingo 22 de mayo en las instalaciones de Expo Guadalajara. La cifra es una suma de los niños y adultos que asistieron a los diez talleres impartidos por este programa de fomento a la lectura en el denominado “Espacio Rosa” de la edición 21 de la fiesta creativa.

Con la astronomía como tema central de esta edición de Papirolas, los diez talleres de “Letras para Volar” se diseñaron exclusivamente para que los asistentes entendieran, a través del relato de leyendas y realización de actividades lúdicas, los estudios hechos por las culturas prehispánicas de México en relación con los planetas y otros astros.

Los diez talleres se relacionan con dos de los pilares filosóficos de “Letras para Volar”: fomentar el amor por el pensamiento científico y el rescate por las tradiciones ancestrales de México. En cada uno se relató una leyenda prehispánica, se explicó su relación con la astronomía y se elaboró un producto final que los pequeños y no tan pequeños se llevaron a casa.

Los talleres fueron impartidos por prestadores de servicio social de “Letras para Volar”, quienes asumieron su responsabilidad como promotores de la lectura y contribuyeron a que más de 9 mil niños tuvieran un acercamiento con leyendas prehispánicas de origen azteca, maya, tolteca, totonaca, olmeca y náhuatl.

Las dos caras de los talleres

Katya Macías comenzó su labor como promotora de lectura de “Letras para Volar” en abril pasado, ella estuvo a cargo del taller “Luces del Firmamento”, que en total atendió a 997 personas durante Papirolas. De acuerdo con Katya, el resultado de trabajar con niños es satisfactorio pues “es bueno saber que contribuyes con ellos como personas y les inculcas el hábito de la lectura”.

Como la encargada del taller “El Viaje de Venus”, Margarita Ontiveros reconoció que tuvo pánico escénico al iniciar Papirolas, pero terminó por olvidarse de él al ir relatando la Leyenda de Quetzalcóatl a los niños que visitaron su stand ese primer día. “Me gustó la convivencia con tantos niños y ver su emoción al verlos interesados en la historia, y más el ver sus caritas de felicidad cuando les salía bien la actividad”, comentó la promotora de lectura al concluir el festival.

A cargo del taller “Los Jaguares del Amanecer y del Anochecer” estaba Isela Nallely Vázquez, quien terminará su servicio social a finales de este mayo. De acuerdo con sus palabras, los interesados en las historias no eran únicamente los niños, pues los adultos también se metían de lleno en la dinámica del taller. “Me gustó bastante compartir mis saberes con la población asistente en Papirolas, es una satisfacción enorme”, indicó la promotora de lectura encargada de uno de los tres talleres más demandados del festival creativo.

La pequeña Ginebra, de 9 años de edad, entró al taller de “La Piedra del Sol”, basado en la Leyenda de los Cinco Soles, de origen azteca. Según sus palabras, la historia le pareció bonita y la actividad realizada le gustó porque la hizo colorear un calendario azteca a su gusto, además, indicó que recomendaría el taller a sus amigos.

Al taller titulado “Arqueoastrono… ¡qué?” lo visitó Faby, quien dijo haber aprendido “que los mayas inventaron el número cero e hicieron las pirámides con 365 escalones e inventaron también el calendario”. La niña, de 11 años de edad, señaló que le gustó mucho la actividad porque hizo, en un pop-up, la ciudad maya de Chichén-Itzá.

Números

El Programa Universitario de Fomento a la Lectura “Letras para Volar” atendió a un total de 9,769 niños durante los cinco días de actividades de Papirolas, mientras que la cifra de adultos fue de 3,483, para así sumar 13,252 mil asistentes a los talleres del “Espacio Rosa”.

El taller “Los jaguares del amanecer y del anochecer” fue uno de los más visitados por el público, con un total de 2,726 personas atendidas durante el festival.

Texto y fotografía: Oscar Franco