El programa “Letras para Volar” es una iniciativa de la Universidad de Guadalajara y la Fielding Graduate University, que se imparte en 17 Centros Comunitarios de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Este programa tiene el propósito de fomentar el gusto por la lectura en niños y jóvenes a fin de que, en un futuro, sean lectores independientes.
Para conocer de cerca las acciones que se desarrollan como parte de programa en los Centros Comunitarios, visitamos el Centro Comunitario Miramar, ubicado en Av. Guadalupe número 3620 en Zapopan, Jalisco, en la Colonia Miramar, en donde se iniciaron, desde noviembre pasado, las actividades de fomento a la lectura con fructíferos resultados.
Como parte del apoyo que recibe el programa “Letras para Volar”, destaca la reconocida labor que cada fin de semana desempeñan los prestadores de servicio en favor de más de una veintena de niños.
Específicamente, en el Centro Comunitario Miramar, los prestadores de servicio social son Cecilia Ayala, Lorena Cajero, Huitzi Andonaegui, Laura Vielmas, Félix Mejía y Jhonatan Jiménez, quienes se encargan de transmitir el amor por la lectura a niños de entre 2 y 12 años de edad a través de distintas actividades.
Los ejercicios colocan la lectura dentro de un ámbito de diversión y creatividad en la que los niños desarrollan varias capacidades. Por ejemplo, se les lee una historia y, al finalizar, se les pregunta lo que recuerdan – esta parte ayuda a la retención – y posteriormente se les asigna una actividad relacionada, como lo es el hacer títeres de los personajes de la obra, máscaras, dibujos, recortes y manualidades. De esta manera, por medio del juego, los niños asimilan la lectura como una parte divertida del aprendizaje.
La labor de los prestadores de servicio no tiene límite, es decir, ellos ayudan a los infantes en todo lo que puedan – apoyo con problemas de aprendizaje escolar – y afirman que es gratificante porque perciben el cambio que los niños muestran desde el momento en que recién acuden al Centro Comunitario hasta el día de hoy.
“Los niños cambian en todo, si antes te gritaban por las cosas, ahora te las piden por favor, ya platican más, son más sociables y seguros; antes se peleaban, no nos ponían atención y ahora sí, están calladitos escuchando las lecturas”, relatan uno de los jóvenes en servicio.
El programa ha ayudado a estos prestadores de servicio a ser más puntuales, organizados y, sobre todo, pacientes con los niños. Realizan actividades que disfrutan y esperan obtener una experiencia satisfactoria una vez cumplidas las 480 horas que les solicita el servicio.
Resulta un problema el hecho de que los padres vean al programa como un espacio que cumple las funciones de una guardería, pues sólo dejan a sus niños en el Centro Comunitario gracias a que no se les pide alguna aportación económica. Además, el lugar es visto como “un sitio para jugar”, lo que genera ciertas resistencias al trabajo de lectura entre los asistentes. Los jóvenes en servicio afirman que, en ocasiones, la falta de materiales didácticos es un impedimento para las actividades del programa, por lo que tienen que resolver esta problemática con recursos propios.
La aceptación que el programa ha tenido por parte de los niños de la Colonia Miramar es notoria, pues la asistencia regular de más de 33 niños cada fin de semana así lo demuestra. El día y la hora son lo que menos importa a estos niños, ellos están al pie de la puerta del plantel esperando a que inicien las actividades que tanto les gustan.
Felipe Parra Calderón es uno de los niños que acude los sábados al Centro Comunitario para participar en las actividades de “Letras para Volar”. Dice que se divierte haciendo lo que le enseñan y reconoce que le gusta la lectura porque “cuando un lee, va imaginando lo que lee y ayuda a pensar mejor y eso me gusta”.
Los jóvenes prestadores de servicio ayudan a que los niños comprendan mejor un tema, por ejemplo las tareas que les dejan en la escuela y que no han entendido bien. Según Felipe, los jóvenes del servicio le explican un tema y ya no le quedan dudas.
Además, el niño explica que fuera del Centro Comunitario, en ocasiones, busca las historietas de los periódicos para su entretenimiento, y le platica a sus compañeros de la escuela lo que hace los sábados, para así invitarlos a las actividades del recinto, pero hasta el momento no lo han hecho.
Mientras su hermana, Mónica, pueda llevarlo, Felipe piensa seguir acudiendo al Centro Comunitario Miramar.
Destaca que actualmente el plantel es vecino contiguo de la Casa de Enlace del Diputado Federal Jaime Prieto, del Partido Revolucionario Internacional (PRI), y que hasta el momento, no haya habido una manifestación de apoyo por parte del partido. El Centro Comunitario Miramar es una finca de uso doméstico que se convirtió en jardín de niños, con necesidad de mantenimiento así como de material educativo para los niños, por lo menos en lo que se puede apreciar a simple vista.
En la actualidad, las actividades del programa “Letras para Volar” se desarrollan en Centros Comunitarios de Tonalá, Tlaquepaque, Tlajomulco, El Salto, Zapopan y Guadalajara, específicamente en las periferias de estos municipios.
La invitación para acudir a estos planteles está abierta y vigente, los niños y jóvenes pueden visitar el Centro Comunitario más cercano a su domicilio para conocer el programa y quedarse a participar en las actividades para que puedan convencerse de que la lectura también es un placer.