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El inicio de la vida en la tierra es más antiguo que nosotros, todo comenzó con la existencia de cuatro vidas a las que llamaron soles, estas vidas fueron creadas por los hijos de Tonacacihuatl y Tonacatecuhtli. Sus hijos se llamaron Tezcatlipoca Rojo, Tezcatlipoca Negro, Tezcatlipoca Blanco conocido también con el nombre de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca Azul o Huitzilopochtli. Los cuatro hijos querían ser dioses así que para lograrlo decidieron realizar diferentes obras.
En el primer sol, Tezcatlipoca Azul hizo una gran fogata donde se sentaron los hermanos para crear a los humanos. De esta forma se inventaron a los gigantes (el hombre y la mujer), los animales, las montañas, los mares y los lagos. Sin embargo, la obra no era bella porque estaba en las penumbras, ya que no existía la luz.
Para darle luz a la Tierra, Quetzalcóatl convirtió la fogata en un frágil sol, Tezcatlipoca Negro sintió envidia porque no se le ocurrió la idea primero que a su hermano, así que para ganarle cambió la fogata en un sol fuerte y caluroso, lo cual lastimó a la naturaleza y a los gigantes que vivían en la tierra. Quetzalcóatl al ver lo que hizo su hermano, trató de convencerlo de que regresara el sol frágil diciéndole:
– No era necesario que lo hicieras, basta con un poco de luz para iluminar la tierra. Además, ¡te das cuenta del daño que has hecho al destruir la vida y marchitar las plantas!-
A lo que Tezcatlipoca negro respondió:
– Yo no he hecho nada malo, la naturaleza volverán a nacer algún día.
Al ver Quetzalcóatl que no lograba convencer a su hermano del daño que estaba haciendo, lo arrojó al fondo de un lago y para terminar con la sequía que provocó el sol fuerte y caluroso envió mucha lluvia. Como lo gigantes no estaban acostumbrados a tanta agua de lluvia empezaron a ahogarse, así que Quetzalcóatl los transformó en peces para que pudieran vivir. Y así terminó el primer sol.
Al comenzar el segundo sol se creó otra especie de humanos que fueron víctimas de un nuevo pleito entre los hermanos Tezcatlipoca negro y Quetzalcóatl. Tezcatlipoca negro seguía muy enojado con Quetzalcóatl, así que lo retó diciéndole:
– ¿Crees que puedes salvar siempre a los humanos? ¡Eso lo veremos!….
Tezcatlipoca negro al ver que Quetzalcóatl se quedaba callado, lo tomó de los brazos y lo empujó al suelo, provocando que se dieran fuertes vientos y huracanes en la tierra, los humanos se asustaron al ver que no podrían caminar por el viento, la lluvia y el frío por lo que comenzaron a encorvase para que el viento no los derrumbara. Quetzalcóatl los ayudó convirtiéndolos en monos y dándoles un pelaje que los protegía del frío. Y así terminó el segundo sol.
En el tercer sol, los cuatro hermanos vigilaban los comportamientos de una nueva especie de humanos y al darse cuenta de que no les importaban los otros habitantes ni la naturaleza, decidieron que las estrellas cayeran sobre la tierra, fue tanto su enojo que estos astros se cubrieron de fuego y al caer destruyeron todo a su alrededor. Quetzalcóatl al observar el sufrimiento de la humanidad, les dio alas para que tuvieran otra oportunidad y los salvó cambiando sus cuerpos por los de las aves. Es así como termina el tercer sol.
En el cuarto sol, Quetzalcóatl vigiló todos los movimientos de las aves y descubrió que muchos morían de cansancio porque no podían detenerse a descansar, por lo que sopló tan fuerte que desvaneció todas las brasas y las cenizas provocadas por las estrellas de fuego del sol anterior.
Al ir desapareciendo las brasas y cenizas, las aves fueron tocando el suelo y poco a poco fueron perdiendo su plumaje y su capacidad para volar, el viento no dejó de soplar, así que las aves recordaron que para sobrevivir debían encorvarse, lo hicieron y de esa forma se protegieron del frio y del viento. Al ver Quetzalcóatl que las aves estaban sufriendo ordenó de nuevo transformarlas en monos. Es así como termina el cuarto sol.
Para el quinto sol, los hermanos Tezcatlipoca Rojo, Tezcatlipoca Negro, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli se dieron cuenta de los errores que habían cometido, así que se reunieron en Teotihuacán y acordaron que aunque la tierra ya estaba creada, aún le faltaba luz. Por lo tanto, decidieron hacer un sol que no fuera ni tan frágil ni tan fuerte.